martes, 17 de noviembre de 2015

El "Click"



Si uno entiende bien el paso de los años, termina aprendiendo a sacarle la savia a algunos momentos que antes pasaban desapercibidos. La caza, en esto, no es una excepción. Pasadas las primeras fiebres que exigían un tratamiento a base de muchos tiros y mucha carne muerta; algunos cazadores, entre los que creo encontrarme, alcanzan un estado de calma cinegética, de no demanda de una contraprestación abultada en el morral. En esta fase, se pone el acento en el detalle, en ese maravilloso mundo cinegético al por menor.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuestionando las estrellas



Tengo para mí que esto de la perdigonada de las escopetas de caza tiene tantas variables como estrellas el firmamento, pues en la mayor o menor apertura de los disparos intervienen tantos factores que no es descabellado pensar en el azar como uno de ellos. En puridad, para su análisis deberíamos acudir a un método “ceteris paribus”, muy propio de los economistas, que para estudiar el efecto de una variable, han de mantener constantes las demás que intervienen en una determinada situación. Método engañoso donde los haya pues tanto en la economía, como en los disparos de las escopetas de caza o tiro, intervienen tantas variables de manera simultánea que volverían loco al matemático más ducho en resolver ecuaciones de muchas incógnitas.

martes, 3 de noviembre de 2015

Primeras jornadas, primeras impresiones



 Tras las primeras salidas al campo, uno está en condiciones de sacar las primeras conclusiones de lo que puede dar de sí esta temporada. En mi bola de adivino claramente veo que será un mal año de perdiz y que,  una vez más, más de un día acabaremos acudiendo a ese sucedáneo emplumado que se compra a tanto el ejemplar. Quiero pensar que con las perdices no me sucederá lo mismo que con las truchas, que de tanto pescar truchas adocenadas y sin pintas rojas, le perdí el gusto a la pesca y a la delicia de soledad que es manejar la cucharilla en las aguas limpias de un río truchero.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La ilusión recurrente.



 Si una muesca faltaba en mi revólver de cazador, es la que se hace cuando consigues sacar adelante una camada de tu mejor perra de caza. Por distintas circunstancias no he podido cruzar las perras que hasta ahora he tenido pero, por fin, Júpiter y Saturno se han alineado y  esta primavera me ha traído una de las mejores manzanas que un cazador puede morder: cuatro cachorros: tres hembras y un macho, que salieron del vientre fecundo de mi Pepa, una podenca completísima que me regaló mi amigo Manuel Pedrosa.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

De caza con Idéfix



Ser perro en una aldea gala no es tarea fácil, al menos en los tiempos que corren, que los romanos han conquistado toda la Galia menos nuestro pueblo y están como locos por flamear su SPQR en la tienda de Abraracúrcix, que es el jefe de la aldea. Aunque supongo que de todos es conocida, mi historia es la de un perro en una aldea gala en el año 50 a.c.; mi dueño, Obelix, es un repartidor de menhires que de pequeño se cayó en la marmita donde Panorámix, el venerable druida, preparaba la celebérrima pócima que concede a los de mi aldea una fuerza sobrenatural; y claro, lleva los menhires como si fueran cacahuetes y para cazar los jabalíes que tanto le gustan, no necesita más perros de agarre que sus propias manos, que los pobres ni chistan cuando les echa mano a la garganta.

martes, 1 de septiembre de 2015

Olas y cadillos



Cuando de cachorro paseaba con el amo por la playa del Sardinero, en Santander, estaba convencido de que toda la felicidad a la que un perro puede aspirar es la de correr por la arena de la playa, desafiar a las olas buscando una pelota de colores y sacudirse las lanas al llegar a la orilla para comenzar a correr otra vez, como si nunca antes nos hubieran lanzado una pelota. No digo que esto sea mala cosa para un perro, sólo que entonces no sabía de lo que la vida me guardaba para más adelante, que era tanto o mejor que eso, como ahora se verá.

jueves, 18 de junio de 2015

Pasar el testigo (abril 2006)



Entonces siempre acuérdate                                                                                         

de lo que un día yo escribí
pensando en ti  como ahora pienso (José Agustín Goytisolo)

A mi hijo Jorge.
 
Comenzar un artículo diciendo que tener un hijo es lo mejor que te puede pasar en la vida es, por sabido, comenzar de manera poco original, pero me da exactamente lo mismo porque el hijo del que hablo es el mío y en este caso la originalidad, al menos en lo que me toca, concurre necesariamente desde la  identidad de sangres.

martes, 16 de junio de 2015

Dejar de cazar



Colgar la escopeta de forma voluntaria y definitiva es una decisión traumática, al menos para los cazadores que lo somos desde el destete. Cosa distinta es el significado de esa misma decisión para aquellos cazadores que lo son de manera sobrevenida, es decir, aquellos que llegaron a la caza por razones distintas a un imperativo atávico y primario. Para estos últimos, dejar de cazar es más fácil, menos doloroso, les basta con una razón que les asista: dinero, cambios de residencia, circunstancias familiares, hasta el mismo aburrimiento puede ser causa suficiente para decir - como lo haría Gary Cooper-  adiós a las armas.

martes, 9 de junio de 2015

Part time dog




Para Alfonso Treviño, con afecto

Ser el más listo de la clase no siempre resulta fácil, sobre todo si tus profesores se dan cuenta de tu ventaja y le dan una vuelta de más a la tuerca de la exigencia. Los labradores tenemos fama de ser de natural listos y eso nos pasa un peaje: lo que a lo demás les sobra para llevar una vida de perro de lo más digna, a nosotros sólo nos vale para cuatro palmadas en el lomo y poco más. Pero comencemos desde el principio que mi historia tiene su aquel.

lunes, 8 de junio de 2015

Ladrillos de miedo (enero 2006)



La información global se cruza en nuestras vidas como antes lo hacían los gatos negros, la sal derramada o los males de ojo. En la radio se escucha el trote cochinero de las amenazas cada hora en punto. Es la dosis diaria de miedo; parece que ya no supiéramos vivir sin ella y sólo podemos conciliar el sueño después de dar dos vueltas a la llave de la cerradura. Y esto vale para las mochilas en el metro, los excesos de velocidad y el cáncer de pulmón; basta un virus para que al primer mundo le crujan las cuadernas. Así de vulnerables somos.

Llegar a viejo





si no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina,

o simplemente si todos entendiésemos que todos

llevamos un viejo encima... 

( “Llegar a viejo” Joan Manuel Serrat)

Ser perro de caza y llegar a viejo es tentarle los machos al destino, comprobar que el amo no sólo anda para acariciar juventudes y que sabe estar a la altura de los años que pasan, de las canas que tiñen el morro de blanco. A mí me ha llegado el tiempo donde la espiga se agosta y el tallo ya no la aguanta firme, y no estoy haciendo metáforas, que el gusto por las hembras ya casi no lo siento si no está muy maduro el fruto del celo, y eso, como aquel que dice, son tres días. Al celo como a la caza ya sólo llego para lo justo, cumplir con la muestra y si la pieza se va alicorta o coja, dejar el cobro para los jóvenes, que si hace tiempo que dejé de estar para las liebres que sacaba de la cama, ya también me ha llegado el de no estarlo tampoco para los conejos desriñonados.

viernes, 5 de junio de 2015

Vallas, gripes (diciembre 2006)



Las vallas, según desde qué lado se miren, están para impedir el paso o para saltarlas. Los que están dentro a veces quieren salir; los que andan fuera en según qué circunstancias quieren verse dentro. La vida también es ese trágico vaivén de saltos sobre alambres de espino. Digo esto después de ver unos guantes clavados sobre una alambrera de espino y un cochino tiroteado junto a una talanquera.  Las vallas, las alambreras y los muros, están para marcar la diferencia, para proteger lo que es de uno, o lo que es de otro, según – ya he dicho- el lado desde el que se mire. En los vidrios rotos y en las espinas que las coronan anida la vergüenza de su presencia muchas veces inevitable.

miércoles, 3 de junio de 2015

Horchata y ratones



 Como si fuera Dulcinea, Castilla- La Mancha ha aprovechado el Cuarto Centenario para desnudarse en público, sin el menor pudor y al amor de las palabras de Don Quijote. Parece que Cervantes hubiera inventado hace ya cuatro siglos la belleza del trigo o el calor manchego de agosto. Algo parecido le sucede a Granada con Lorca, a Jaén con Antonio Muñóz Molina o a la Alcarria con Camilo José Cela. A mí me gusta leer los lugares antes de conocerlos, no me importan en absoluto los prejuicios líricos, por eso me empapé de la buena literatura de Manuel Vicent antes de pasear por las orillas del Mediterráneo muy cerca de las pocas huertas que van quedando cerca del mar, en Denia.

martes, 2 de junio de 2015

Simetrías razonables

Decía Guillermo Cabrera Infante que el mar es otro tiempo, el tiempo visible, otro reloj.  Esta metáfora tremenda viene muy al caso, primero, porque estas líneas van de las distintas hechuras que gasta el tiempo para saltar adelante y atrás en su corriente imparable; y segundo, porque escribo estas líneas un día de lluvia, a orillas del mar, muy lejos del monte que es el ramaje propio de mis escritos; y en tales circunstancias – el cielo por fin gris, las olas batiendo incansable, tenazmente-  es inevitable que el poeta adolescente que alguna vez fuimos nos asalte a punta de navaja para exigir su parte alícuota del pastel. Habrá, pues, que dejarle hacer.

miércoles, 13 de mayo de 2015

El último round



A  mi amiga Cristina Garcés, que supo querer a su perro hasta el final.

En las ocasiones trágicas, los pensamientos se vuelven impredecibles. Por ejemplo, la mente del que asiste a un entierro puede repetir de manera machacona una canción infantil mientras la tierra golpea contra un ataúd. De ahí que no me sorprendiera cuando, mientras el veterinario le pelaba la pata para buscarle una vía, lo que viniera a mi cabeza fuera el título de la obra de Julio Cortázar, “El último round”. Eso y no otra cosa era lo que en aquel momento estaba en juego.

martes, 5 de mayo de 2015

The Straight Story (año 2007)



A Vito, con cariño

En 1.999 David Lynch dirigió “The straight story”, una magnífica película burdamente traducida al español como “Una historia verdadera” por la – imagino- estúpida razón de estar basada en un hecho real ocurrido en 1.994, cuando Alvin Straight, con setenta y tres años, se entera de que su hermano está gravemente enfermo y decide ir a verle desde Iowa a Wisconsin subido a su vieja segadora John Deere. Un trayecto de cientos de kilómetros que tardó más de seis semanas en realizar.

domingo, 26 de abril de 2015

Pieles para una revolución (octubre 2005)



Cuando en 1.974 un haz inmenso de claveles y de manos acabó con la dictadura portuguesa de Salazar, muchos pensaron que las revoluciones, a partir de entonces, cambiarían balas por pétalos con los que adornar las bocachas de todos los fusiles hasta convertirlos en floreros. Sin embargo, la Historia ha demostrado, antes y después de la Revolución de los Claveles, que los cambios drásticos de rumbo normalmente dejan el timón ensangrentado.

Los podencos de Jacomar



Cuando aprobé la oposición y vi la puntuación que había obtenido supe que mi destino no iba a ser precisamente el que yo tenía en la cabeza para pasar mis primeros años como Juez. Los que, como yo, somos hijos de una ciudad grande, sentimos en la juventud una querencia tan inexplicable como absurda –ahora lo veo así- hacia las ciudades igualmente grandes, donde el anonimato es la regla y las posibilidades de diversión nocturna ofrecen su abanico más amplio. Por eso, cuando supe que mi primer destino era Valverde, en la isla canaria del Hierro, sentí como una congoja muy cercana a la decepción. ¿Qué iba a hacer yo en una isla con menos de trescientos kilómetros cuadrados sino aburrirme como probablemente se aburriría la luz del faro de Horchilla en su giro obstinado y monótono?

El optimismo necesario (junio 2005)


 Ojalá esta primavera siga la senda de la de hace diez años.
 
Decía el escritor estadounidense Ambrose Bierce que “El optimismo es la creencia de que todo es hermoso”. Yo le creo a pie juntillas, al menos, después de primaveras como ésta. 

lunes, 20 de abril de 2015

Fuera de tiempo



Mi tío Antonio, a quien tanto he querido.

Hace unos meses leí en un periódico que en la selva filipina de Mindanao, dos octogenarios japoneses habían sido hallados con documentos y objetos con los que pretendían probar su pertenencia al ejército japonés y su condición de enemigos indómitos del ejército estadounidense, en una guerra, la Segunda Mundial, que había terminado hace 60 años. En 1972, el sargento Shoichi Yokoi fue también encontrado en las selvas de la isla de Guam, armado con un rifle, unas cuantas granadas de mano, y una catana con la que todavía estaba dispuesto a cortarle la mano al marine de turno.

jueves, 16 de abril de 2015

Halcán



La historia de Halcán es la historia de un perro de pluma tan extraordinario como atípico. Su primer dueño lo compró maravillado por las proezas cinegéticas que de sus padres contaban: dos bracos húngaros, o Vizsla, que galopaban el campo de manera incansable, pasándole el trillo de su nariz para apartar la paja inodora del grano de los rastros recientes; siguiendo éstos, por tenues que fueran, hasta convertirse en la piedra viva y elástica de una muestra que habitara para siempre la memoria del cazador.

viernes, 10 de abril de 2015

Colores, ruidos.



 Quedaba mucho por hacer:
arreglar la huerta,
hablar con los perros,
pasear por las orillas del otoño. 

"Del bosque de tu alegría" Manolo García.
 
De Fray Luis de León a Manolo García no hay poeta que se precie que no le haya cantado a esa retirada senda de la paz interior, al descanso necesario que el hombre busca como contrapunto imprescindible a los filos que en ocasiones muestra la vida.

martes, 31 de marzo de 2015

Capreolus Capreolus v.1.5



Una empresa de juegos norteamericana ha sacado al mercado un sofisticado juego de caza, el 'Hunting Unlimited 3'  en el que el jugador no se limita a probar su puntería con el ratón sobre piezas que sucesivamente van apareciendo en la pantalla, sino que, por el contrario, la acción del que juega comienza mucho antes del disparo, eligiendo el país, la pieza que se desea abatir o el arma a emplear – con la posibilidad de entrenar previamente sobre una diana fija-. En este juego, el cazador-jugador, deberá aprender a caminar por el campo sin hacer ruido, a buscarles las querencias al elefante o al ciervo de cola blanca; a llevar el viento a la cara para que su tufo humano no le llegue al zambiano Kudús; podrá seguir la trayectoria de la bala para saber si el tiro realizado fue o no mortal y, por supuesto, posar finalmente junto a la pieza abatida.

Jim “Ridgeback” O´Sullivan



Cuando conocí a Jim “Ridgeback” O´Sullivan me pareció un hombre con una simpatía que, de no entenderla bien, podía rayar en la petulancia. Con la piel curtida por el sol de su Australia natal – no pregunté por su apellido irlandés- su media barba cerrada y sus profundos ojos verdes, derrochaba vivencias como otros prodigan aburrimiento. Como hombre más viajado que leído, siempre tenía una historia nueva que contar, pero era al hablar de caza cuando se esponjaba como un palomo ladrón. Gastaba un diente de oro y un tatuaje en el bíceps en forma de alambrada de espino. A mí me recordaba mucho a “Cocodrilo Dundee” sólo que éste, en lugar de cocodrilos, cazaba jabalíes con sus Ridgeback Rhodesians, unos perros de los que hasta entonces nunca había oído hablar.

jueves, 26 de marzo de 2015

Hacer el Canelo



Cada cazador, sin siquiera darse cuenta, va construyendo a lo largo de su vida una biblioteca imaginaria en la que guarda la memoria no escrita de sus mejores lances, de los tirachinas y escopetas que pasaron por sus manos y, por supuesto, de los perros que le acompañaron a lo largo de su vida, compañeros fieles que por una u otra causa no soportaron la longevidad natural del hombre. Hoy quería contaros la historia de Canelo, el que fue mi perro de la infancia y cuya hazaña perruna merece estas líneas.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Enfocar el problema (marzo 2005)



Cada año, con la fatalidad de las primaveras, los periódicos recogen la imagen de un hombre enarbolando un bastón para descargar un golpe mortal sobre la cabeza indefensa de una foca. En Canadá, por estas fechas, se abre la veda para la captura – digo captura y no caza- de miles de estos animales. La sangre de las focas arpa tiñe de rojo el hielo flotante del golfo de San Lorenzo y esa bandera bermellón es el pistoletazo de salida para que muchos periodistas confundan las churras con las merinas y acaben llamando caza a lo que – ahora sí- son sólo capturas.

lunes, 23 de marzo de 2015

El perro del traje gris



Los dedos de una mano me sobran para contar las personas que conozco que no formulan un juicio de valor al primer golpe de vista. Es casi imposible que no nos asalten los prejuicios cuando nos enfrentamos a una situación que no encaja, de entrada, en los moldes con los que nos manejamos en la vida.  De esa impureza del pensamiento no soy yo una excepción, lo reconozco, y esto que aquí cuento es prueba de ello y ocurrió la primera vez que vi a un braco de Weimar.

viernes, 20 de marzo de 2015

El pozo (enero de 2005)



A los cinco galgos de Alaejos, Valladolid, que la noche de Reyes de 2005 fueron rescatados del fondo de un pozo al que habían sido brutalmente arrojados varios días atrás.

Cuando recuerdo aquellos días siempre cierro los ojos. Es como si el tiempo transcurrido en el fondo del pozo se amasara, como la plastilina, para formar un todo compacto en el que es imposible distinguir un día de otro, una noche de otra, un miedo de otro. La memoria, al menos durante la vigilia, es piadosa con el espanto. Ahora, que comienzo a caminar de nuevo, que otra vez me dejo acariciar por el hombre, es como si aquellos días se hicieran muy lejanos, quizá sea porque el instinto de supervivencia también vale para alimentar al olvido. Pero antes de que todo aquel horror se borre quiero dejar aquí escrito lo que de él recuerdo, con la esperanza de que alguna vez sirva para que no vuelva a suceder.

martes, 17 de marzo de 2015

Predicar y no dar trigo



Leo en un periódico regional que la mitad de los perros abandonados durante este año en la provincia de Palencia son perros de caza. Si visito en Internet las páginas de alguno de los refugios para perros abandonados adivino la sangre de bretones, pointers y, sobre todo, de podencos, en la mirada incrédula de los que posan ante las cámaras buscando alguien que les quiera. No hay año en el que no se me caiga la cara de vergüenza frente a un galgo ahorcado. Hay perros de rehala que parecen recién salidos de Auswitch y otros muchos guardan en sus costillares la vergüenza de los perdigones disparados a propósito. La vejez y la mediocridad para muchos perros de caza es un trámite que sus dueños consideran en todo caso prescindible.

lunes, 9 de marzo de 2015

Perdices de pico (28 de febrero de 2015)



El pasado día 28 de febrero, unos amigos de La Toba (Guadalajara), fuimos a tirar unas perdices a un coto intensivo, a modo de despedida de la temporada.

viernes, 6 de marzo de 2015

Hacer el oso (Enero 2005)



Los hechos son los siguientes: a primeros del pasado mes de noviembre de 2004, durante una batida de jabalíes, un grupo de cazadores de la localidad de Urdos, en el Pirineo francés, mató a “Cannelle”, la última osa autóctona en edad fértil que sobrevivía en los Pirineos. La muerte se produjo cuando la osa atacó a perros y a cazadores al ver en éstos una amenaza cierta para  su cachorro de diez meses.

martes, 3 de marzo de 2015

Nos vemos (septiembre 2004)



“Mire no sea perezoso, sino levántese de la cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado..”
Don Quijote de la Mancha (Capítulo  LXXIV)

A mi tío Antonio

 No hay marino que se precie que no guarde su rosa de los vientos en una caja de zapatos. Todos tenemos una fotografía a la que de cuando en cuando acudimos a llorar.

Pipo, el bueno



Cuando las puertas del furgón se cerraron, Pipo sintió algo así como una caída interior, una tristeza súbita y definitiva. Aquel quebranto le venía del estómago, que es donde los perros sienten primero las desgracias, por eso, cuando vio alejarse la imagen de su dueña a través del cristal sucio del portón, supo que nunca la volvería a ver y que todo lo más tendría que conformarse con su recuerdo. Quizá por eso se tumbó, cerró los ojos  y dejó que los baches de la carretera le ganaran algo parecido al sueño: el duermevela en el que los perros dejan correr el tiempo cuando éste ya es inútil.

jueves, 26 de febrero de 2015

La caza impresionista (septiembre de 2004)



La belleza tiene sus distancias, eso debiera ser cosa sabida. El impresionismo de Manet no puede apreciarse con la nariz pegada al lienzo. Es necesario dar unos pasos hacia atrás, los justos para que nuestra vista consiga que amarillos, ocres y azules, se hagan frutos de un bodegón o perfilen un paisaje marino.

martes, 24 de febrero de 2015

El Goliath canijo


Cuando me dejaron a Dalí para que lo cuidara durante los quince días en los que sus dueños estaban fuera de la ciudad, mi conocimiento sobre los teckels se reducía a lo que de ellos había escuchado en boca de otros cazadores y a algún artículo que había leído en las revistas de caza que mi dentista, fundamentalista de la caza, tenía en la sala de espera.

viernes, 20 de febrero de 2015

Caza y toros



Pongo pie con estas palabras en un jardín del que no sé si saldré sin daño pues parece una paradoja irresoluble ser cazador y, al tiempo, condenar la fiesta de los toros. Eso es zarza de mucha espina, tercio de banderillas del que no escaparé sin algún chicotazo en las costillas. Las veces que me he atrevido a decirlo en público me han hecho callar por ser, por mi afición a la caza, también yo un matador; peor aún, pues la muerte que yo doy viene empañada por la distancia que pone la pólvora, que no tiene nada que ver con el duelo más equilibrado que existe entre el pitón y el estoque. En pocas ocasiones me han dejado ir más allá, por eso ahora que tengo la palabra de mi mano quiero dejar escrito el porqué de mi mucho atrevimiento.

jueves, 19 de febrero de 2015

Fortu (Afortunado)



A mi primo Javier

No me pregunten la razón, porque ni yo, ni ningún perro de los que nacemos con afición, sabría explicar qué arcana urdimbre genética nos lleva tras las huellas de la caza. Basta con pisar un olivar o un rastrojo; sobra con oler las hojas pegajosas de las jaras, para que algo dentro se active, un automatismo predador al que nos entregamos con la misma pasión con la que buscamos comida cuando hay hambre; la espalda de las perras, cuando toca a rebato el campanario del celo; o la mordida brutal, cuando otro macho nos tienta de más.

El mundo al revés (19 de mayo de 2004)


¡Qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
.

Nocturno (Rafael Alberti)


Mientras escribo este artículo el Valencia C.F. va ganando 2-0 al Olympique de Marsella en la final de la Copa de la UEFA, los monumentos de Madrid se engalanan de violetas y ocres para el acontecimiento del siglo; Pertegaz afirma rotundo que la novia está encantada con el traje; se siente el pálpito de júbilo porque Madrid puede ser sede olímpica. La terrible inmensidad de lo simultáneo me dice al oído que todavía andan calientes los cadáveres de cuarenta y un iraquíes masacrados por la aviación norteamericana mientras celebraban una boda y diez cadáveres palestinos nunca comprenderán por qué los Black Hawck del ejército israelí – palomas negras de la paz de Sharon- dispararon sus misiles contra una muchedumbre que se manifestaba sin más armas que sus gargantas.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Comer la caza



La razón primera de la caza hay que buscarla en un estómago vacío. El ayuno hizo afilar las piedras, consiguió convertir el brazo y la tensión de la madera arqueada en potencia elástica para que piedras y flechas se hicieran arrojadizas. El hambre parió la astucia que hizo la primera sangre y sirvió para dar de comer a la tribu. La vuelta a casa con la presa al hombro era sinónimo de fiesta, de hogueras que se encendieron para inventar la cocina. Ya lo decía Manuel Vázquez Montalbán. “Cocinar es un tránsito cualitativo casi siempre con la ayuda del fuego”.

viernes, 13 de febrero de 2015

Armer ohne Name (pobre "sin nombre")


Elisa García Fernández,  que pelea  por los perros desheredados de León.



El Dr. Wolfgang Fischer vive en Berlinstr. número 20, en una casa con jardín, en la colina que queda al otro lado de los puntos de amarre que el puerto de Flensburg (Alemania) tiene para los mercantes más grandes. Desde el zaguán de la entrada se puede ver el trasiego de colores de los barcos pesqueros que navegan por las aguas oscuras del Báltico; también, varias veces al día, los bueyes tercos de los ferrys, que hacen el viene y va de la ruta que une Alemania y Dinamarca con su inevitable carga de pasajeros borrachos de la cerveza sin impuestos que se sirve a bordo.

martes, 10 de febrero de 2015

Los lobos del terror



 Homo homini lupus.    Plauto  (Asinaria, 495)                                          

Comienzo estas líneas pocas horas después de los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004. La matanza está hecha y la sangre seca e inútil de muchos cadáveres no hay forma ni ganas de borrarla del recuerdo. La rabia y el dolor son ahora el único argumento. Un río de odio comienza a correr por las calles de la ciudad; es la gota fría que viene de la muerte. Los lobos del terror han reventado trenes para sembrar los andenes con flores de sangre.

lunes, 9 de febrero de 2015

La maldición de los cuquilleros



 mí me gusta cazar con perro. Pienso que el cazador sólo va entero si tiene al perro con él. Aunque alguno no lo crea, cazador y perro, durante la caza, pierden la mitad de la sustancia cuando el otro falta, por ser dos que se hacen uno solo al olor de jaras y aulagas. También digo que hago esencial el tiro y que, para serlo, ha de tener algún decoro, bien porque la distancia sea mucha, el movimiento rápido, o el tiempo para hacerlo casi no exista.

A perdices y conejos en Borox (Toledo) (4 de febrero de 2015)



 Como me quedaba un día libre de las vacaciones del año anterior, me “dejé liar” por unos buenos amigos para ir con ellos a un coto en Borox (Toledo). A pesar de estar en pleno temporal de frío, viento y nieve, pusimos rumbo a tierras toledanas, porque a cazar hay que ir “aunque haga bueno”.

lunes, 2 de febrero de 2015

De vuelta al 12 (Domingo 1 de febrero de 2015)



Nuevo día perdices de suelta. Estos días sirven para no tocar más el resto del coto y darle tregua al campo después de una larga e intensa temporada. También para tener la esperanza, seguramente vana, de que las perdices sobrevivientes puedan aprender a vivir en libertad y sortear el hambre de los muchos depredadores que las están esperando. Esa ilusión no hay que perderla por mucho que uno la mire de reojo.

viernes, 30 de enero de 2015

Argos: historia de un reencuentro.




A Homero, q.e.p.d.
 
Argos no fue el perro de ningún héroe, al menos de esos héroes épicos a quienes la Historia y los libros pone una espada en la mano o una hazaña en su vida. El que luego fue su amo era un hombre solo, en nada distinto a tantos otros de los que habitan las calles de una gran ciudad, con su cuota alícuota de temores y de hastíos y con una forma callada y casi secreta de felicidad, la que le daban sus pies cuando pisaban tierra en lugar de asfalto para ir a cazar.

miércoles, 28 de enero de 2015

Galgos y manzanas

En la hechura de los galgos hay mucho de viento, como si el aire les habitara los huesos, a modo de pájaros. Sus patas tienen un no sé qué de alas frustradas, condenadas a volar a ras de páramo y barbecho en un vuelo que nunca termina de despegar, quizá sea porque el de las liebres tampoco lo hace. La sombra de los galgos – que corre tanto como ellos - tiene forma de neblí pues a la galga primera la preñó un halcón volantón que andaba enamoriscado de sus curvas de viento mamífero. A estos perros la velocidad les sustancia la vida; y también se la quita, cuando les falta.

martes, 27 de enero de 2015

Cantos de sirena



Old longings nomadic leap,                                                   
Chafing at custom's chain;
Again from its brumal sleep
Wakens the ferine strain.




Jack London (“The call of the wild”)



Nostalgias inmemoriales de nomadismo brotan

debilitando la esclavitud del hábito

de su sueño invernal despierta otra vez,

feroz, la tensión salvaje.


Jack London (“La llamada de la selva”)



Tendría un año cuando llegó a la perrera. Era uno de los cinco cachorros que parió una mastina blanca que vino preñada del monte, donde cuidaba los terneros de un aldeano que los tenía allá arriba, justo en la linde donde la espesura del bosque amojona los últimos prados. Su dueño lo trajo al pueblo después de la desgracia.

Semillas blindadas

 
A Luis Calle, con cariño; y a Lourdes Folguera, todavía con más cariño.

 Pablo Calle Folguera tiene más de una lata agujereada por los perdigones de un cartucho de doce milímetros. A sus nueve años ya sabe trazar la línea recta e imaginaria que une su ojo, el punto de mira y el óxido aterrorizado de una lata vieja de tomate.

lunes, 26 de enero de 2015

Días de caza y rosas (25 de enero de 2015)



El pasado domingo soltamos unas perdices en la zona del coto que tenemos habilitada para estos menesteres.  Al menos a mí, en estos días, me pasa que voy sin ninguna tensión, pues no lo considero un día de caza propiamente dicho, sino una ocasión magnífica para pegar más tiros de lo habitual,  para ver alguna buena faena de los perros y para echarnos unas risas con los fallos estrepitosos que solemos tener cuando nos precipitarnos en los tiros ante una perdiz franca que sale en medio de varias escopetas.

miércoles, 21 de enero de 2015

Malapata



 Publicado en la revista "Linde y Ribera" (Marzo 2003)


Pena con pena y pena desayuno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.



 (Miguel Hernández)



Las cabras, para un perro pastor, tiene más categoría que las ovejas, dónde va a parar. La oveja es un animal de seso corto, asustadizo y aburrido, muy torpe al lado de las cabras, que parecen paridas por una lagarta de cómo suben por las piedras sin despeñarse. Las cabras hacen de los guijarrales una alfombra de terciopelo y de cuatro hierbas un menú regio; a la ovejas les valen los rastrojos de paja aburrida para ver pasar el tiempo, para adocenarse sin remedio en su idiotez última.