Nuevo día perdices de suelta.
Estos días sirven para no tocar más el resto del coto y darle tregua al campo
después de una larga e intensa temporada. También para tener la esperanza, seguramente
vana, de que las perdices sobrevivientes puedan aprender a vivir en libertad y
sortear el hambre de los muchos depredadores que las están esperando. Esa
ilusión no hay que perderla por mucho que uno la mire de reojo.
El comienzo del día no pudo ser más
prometedor, pues Luis nos preparó para desayunar unas migas que estaban de
lágrima, que además de para desayunar, también sirven para hacer cuadrilla y
crear buen ambiente.
Luego fuimos a la zona que en el coto tenemos
reservada para sueltas y comenzamos a cazar. Estos días son para no tomarlos
demasiado en serio porque es imposible llevar una mano en condiciones con tanta
gente en tan poco espacio, más cuando el terreno no es llano y hay zona de
monte espeso. Así que se impone el sentido común, buen humor para perdonar
errores y, sobre todo, la imperiosa
necesidad de extremar la prudencia a la hora de apretar el gatillo.
El del domingo fue un día con un
viento terrible. Las perdices, lógicamente, buscaban el viento de popa y cogían
una velocidad endiablada complicando mucho los tiros. Esto consigue fallos
clamorosos, como luego se verá, y algún tiro de mérito.
Quizá llevado por un pálpito, el
domingo dejé mi semiautomática del 20 en el armero y rescaté de él a mi vieja
Browning del 12, la escopeta que he usado durante muchos años y con la que más
seguro me siento disparando a la volatería. Cierto es que, acostumbrado a la
ligereza y el tamaño del 20, volver a una semiautomática del 12 es como pasar
de un tirachinas a un antiaéreo, pero he
de confesar que, tras los dos primeros disparos, me sentí muy cómodo con ella y
conseguí abatir algunas perdices complicadas. Honestamente creo que el calibre
12 es más demoledor, pero el 20, además del encanto de disparar con menor carga
y con un calibre que cierra bastante más lo tiros, tiene la ventaja de su menor
peso y su mejor encare, que proporciona unas décimas de segundo de ventaja a la
hora de encarar y apretar el gatillo; y eso, al final de la temporada, da mucha caza.
Os dejo un vídeo resumen de la
jornada de ayer en el que podréis ver algunos lances.
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