martes, 6 de enero de 2015

La bota



Como la falsa moneda, de mano en mano va y ninguno se la queda. La bota es cuero preñado de vino, una ubre de leche roja que el montero alza en sus manos como un trofeo para una sed ganada en la mancha. 
  
En el campo, el vino sabe mejor en bota, a ver quién niega esta incontestable verdad. Será que en el monte el pan sabe más a pan y el vino a vino ¿quién inventó la máquina de cortar jamón? 


Beber en bota no es llenar el buche de vino, bajar la bota y luego tragar. Eso es faltarle el respeto a la bota. Para beber de ella hay que ponerle cierto arte, tragar sin  dejar de respirar y sin apurarse, mirando hacia arriba, a esa fuente de cuero que se afloja lentamente entre nuestras manos.  Es normal que los primerizos se añusguen al primer trago; beber de ella exige  oficio, temple, distancia. Algo muy parecido ocurre en la caza. 

Texto publicado en la revista de la Sociedad de Caza y Pesca “Segontia” (www.segontia.es)  

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