jueves, 18 de junio de 2015

Pasar el testigo (abril 2006)



Entonces siempre acuérdate                                                                                         

de lo que un día yo escribí
pensando en ti  como ahora pienso (José Agustín Goytisolo)

A mi hijo Jorge.
 
Comenzar un artículo diciendo que tener un hijo es lo mejor que te puede pasar en la vida es, por sabido, comenzar de manera poco original, pero me da exactamente lo mismo porque el hijo del que hablo es el mío y en este caso la originalidad, al menos en lo que me toca, concurre necesariamente desde la  identidad de sangres.

martes, 16 de junio de 2015

Dejar de cazar



Colgar la escopeta de forma voluntaria y definitiva es una decisión traumática, al menos para los cazadores que lo somos desde el destete. Cosa distinta es el significado de esa misma decisión para aquellos cazadores que lo son de manera sobrevenida, es decir, aquellos que llegaron a la caza por razones distintas a un imperativo atávico y primario. Para estos últimos, dejar de cazar es más fácil, menos doloroso, les basta con una razón que les asista: dinero, cambios de residencia, circunstancias familiares, hasta el mismo aburrimiento puede ser causa suficiente para decir - como lo haría Gary Cooper-  adiós a las armas.

martes, 9 de junio de 2015

Part time dog




Para Alfonso Treviño, con afecto

Ser el más listo de la clase no siempre resulta fácil, sobre todo si tus profesores se dan cuenta de tu ventaja y le dan una vuelta de más a la tuerca de la exigencia. Los labradores tenemos fama de ser de natural listos y eso nos pasa un peaje: lo que a lo demás les sobra para llevar una vida de perro de lo más digna, a nosotros sólo nos vale para cuatro palmadas en el lomo y poco más. Pero comencemos desde el principio que mi historia tiene su aquel.

lunes, 8 de junio de 2015

Ladrillos de miedo (enero 2006)



La información global se cruza en nuestras vidas como antes lo hacían los gatos negros, la sal derramada o los males de ojo. En la radio se escucha el trote cochinero de las amenazas cada hora en punto. Es la dosis diaria de miedo; parece que ya no supiéramos vivir sin ella y sólo podemos conciliar el sueño después de dar dos vueltas a la llave de la cerradura. Y esto vale para las mochilas en el metro, los excesos de velocidad y el cáncer de pulmón; basta un virus para que al primer mundo le crujan las cuadernas. Así de vulnerables somos.

Llegar a viejo





si no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina,

o simplemente si todos entendiésemos que todos

llevamos un viejo encima... 

( “Llegar a viejo” Joan Manuel Serrat)

Ser perro de caza y llegar a viejo es tentarle los machos al destino, comprobar que el amo no sólo anda para acariciar juventudes y que sabe estar a la altura de los años que pasan, de las canas que tiñen el morro de blanco. A mí me ha llegado el tiempo donde la espiga se agosta y el tallo ya no la aguanta firme, y no estoy haciendo metáforas, que el gusto por las hembras ya casi no lo siento si no está muy maduro el fruto del celo, y eso, como aquel que dice, son tres días. Al celo como a la caza ya sólo llego para lo justo, cumplir con la muestra y si la pieza se va alicorta o coja, dejar el cobro para los jóvenes, que si hace tiempo que dejé de estar para las liebres que sacaba de la cama, ya también me ha llegado el de no estarlo tampoco para los conejos desriñonados.

viernes, 5 de junio de 2015

Vallas, gripes (diciembre 2006)



Las vallas, según desde qué lado se miren, están para impedir el paso o para saltarlas. Los que están dentro a veces quieren salir; los que andan fuera en según qué circunstancias quieren verse dentro. La vida también es ese trágico vaivén de saltos sobre alambres de espino. Digo esto después de ver unos guantes clavados sobre una alambrera de espino y un cochino tiroteado junto a una talanquera.  Las vallas, las alambreras y los muros, están para marcar la diferencia, para proteger lo que es de uno, o lo que es de otro, según – ya he dicho- el lado desde el que se mire. En los vidrios rotos y en las espinas que las coronan anida la vergüenza de su presencia muchas veces inevitable.

miércoles, 3 de junio de 2015

Horchata y ratones



 Como si fuera Dulcinea, Castilla- La Mancha ha aprovechado el Cuarto Centenario para desnudarse en público, sin el menor pudor y al amor de las palabras de Don Quijote. Parece que Cervantes hubiera inventado hace ya cuatro siglos la belleza del trigo o el calor manchego de agosto. Algo parecido le sucede a Granada con Lorca, a Jaén con Antonio Muñóz Molina o a la Alcarria con Camilo José Cela. A mí me gusta leer los lugares antes de conocerlos, no me importan en absoluto los prejuicios líricos, por eso me empapé de la buena literatura de Manuel Vicent antes de pasear por las orillas del Mediterráneo muy cerca de las pocas huertas que van quedando cerca del mar, en Denia.

martes, 2 de junio de 2015

Simetrías razonables

Decía Guillermo Cabrera Infante que el mar es otro tiempo, el tiempo visible, otro reloj.  Esta metáfora tremenda viene muy al caso, primero, porque estas líneas van de las distintas hechuras que gasta el tiempo para saltar adelante y atrás en su corriente imparable; y segundo, porque escribo estas líneas un día de lluvia, a orillas del mar, muy lejos del monte que es el ramaje propio de mis escritos; y en tales circunstancias – el cielo por fin gris, las olas batiendo incansable, tenazmente-  es inevitable que el poeta adolescente que alguna vez fuimos nos asalte a punta de navaja para exigir su parte alícuota del pastel. Habrá, pues, que dejarle hacer.