El morral es mucho más que una bolsa resistente y con asas para
colgar de los hombros. Un morral de caza es un almacén donde los recuerdos se
tiñen con el olor rancio del cuero y toman forma de navaja, de cartucho o de pluma
de perdiz. Quien mira a un morral como a
un objeto inanimado se equivoca de medio a medio, pues en el universo oscuro de
su interior se expande la galaxia cinegética del cazador, una amalgama de
espacio y tiempo donde habitan los lances pasados y burbujean los que están por
suceder.
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